La historia de Apolo y Dafne

domingo, 13 de abril de 2008


Laura Quílez


"Auxíliame, padre mío, si los ríos tenéis poder divino; transfórmame y haz que yo pierda la figura por la que he agradado excesivamente". Apenas terminada la súplica, una pesada torpeza se apodera de sus miembros, sus delicados senos se ciñen con una tierna corteza, sus cabellos se alargan y se transforman en follaje y sus brazos en ramas; los pies, antes tan rápidos, se adhieren al suelo con raíces hondas y su rostro es rematado por la copa; solamente permanece en ella el brillo. Febo también así la ama y apoyada su diestra en el tronco, todavía siente que su corazón palpita bajo la corteza nueva y, estrechando con sus manos las ramas que reemplazan a sus miembros, da besos a la madera; sin embargo, la madera rehúsa sus besos. Y el dios le dijo: "Ya que no puedes ser mi esposa, serás en verdad mi árbol; siempre mi cabellera, mis cítaras y mi carcaj se adornarán contigo. ¡Oh, laurel!, tú acompañarás a los capitanes del Lacio cuando los alegres cantos celebren el triunfo y el Capitolio vea los largos cortejos. […] Peán había acabado de hablar; el laurel se inclinó con sus ramas nuevas y pareció que inclinaba la copa como una cabeza.


Puede que estuviera paseando, pensando en lo precioso que era el lugar por donde andaba, sin dirigirse a ningún sitio determinado, sólo paseando para, si pudiera ser posible, inspirarse; o puede que estuviera tranquilamente pensando en otra cosa y se le ocurriera ésta historia en un momento, o cualquier otra circunstancia en la que le vino en la cabeza, pero en ese entonces, se le ocurrió. Alrededor del año 7 d.C. Ovidio escribe la historia de Apolo y Dafne, que trata de cómo la ninfa huyendo del loco y enamorado Dios Apolo termina convirtiéndose en laurel. Junto a ésta curiosa historia mitológica también constan en su libro de las “Metamorfosis” otras historias en las que el tema esencial es la transformación o mutación. Cuenta el mito que Apolo quiso competir con Cupido en el arte de lanzar flechas. Cupido, molesto por la arrogancia de Apolo, ideó vengarse de él. Para ello lanzó al hermoso dios una flecha de oro, que causa un amor inmediato a quien hiere; por el contrario, hirió a la ninfa Dafne con una flecha de oro, que causa el rechazo amoroso. Apolo, enamorado perdidamente de Dafne, la sigue sin descanso, ella, huye del acoso apasionado de Apolo y es convertida en laurel por su padre, el río Peneo. En el instante en que Apolo roza el deseado cuerpo de la ninfa, ésta se transforma en tronco de árbol.

En 1620 Scipione Borghese , un cardenal romano, encarga a Bernini para los jardines de su casa en la capital de Roma la obra de Apolo y Dafne. Un conjunto escultórico realizado en mármol en el que se aprecian claramente las características de la escultura berlinesca. Ésta escultura tiene continuamente descritas líneas curvas en los cuerpos que se oponen repentinamente a las diagonales de los brazos y las piernas. La forma abierta dota al conjunto de un movimiento ascendente que se proyecta hacia un espacio ilimitado y que obliga a admirarlo desde diversos puntos de vista. La textura y la luz que los caracterizan van unidas y en contraste: la rugosidad de los cabellos y la vestimenta e incluso el pulimentado de las superficies de los cuerpos, todo en completa armonía y belleza. El artista, al ser llamado para intervenir en la construcción de esta obra, decidió darle a su escultura la máxima tensión, el punto álgido del dramatismo: el clímax. Ese es el momento en el que Apolo roza el deseado cuerpo de Dafne cuando ésta ya se está convirtiendo en un árbol.


En la época del Barroco fue cuando finalmente alguien lee la historia de Apolo y Dafne en la obra de Ovidio de “Metamorfosis” y se le ocurre que podría existir una escultura que reflejara totalmente ésta trágica y complicada historia. El Barroco se inició en la tercera década del siglo XVI. En este momento el ideal clásico de la belleza, que había mantenido el Renacimiento, ya no gustaba a los más revolucionarios, así que nació un sentimiento de insipidez, de inexpresividad, de frialdad, lo que provocó el Manierismo. Llegado este momento irrumpen los elementos principales que van a definir a éste movimiento: ante la ruptura en el Concilio de Trento (la llamada Contrarreforma) aparece la Reforma protestante, esto supone que los hermanos del cristianismo se separan de la ortodoxia católica y hacen valer otra manera de ser cristiano. El arte entonces va a ser llevado de nuevo a su función social y religiosa y el resultado será una estética comprometida al servicio de una causa y que abandona el ser objeto de contemplación desinteresada. Las técnicas visuales resultantes de todo este planteamiento son la amplitud, el sentimiento, el movimiento, la elección por los efectos escenográficos. Se recurre ahora a las potencialidades que tiene la imagen para conmover a toda la población. En conclusión, el arte se convierte en publicidad, en instrumento de captación y dotado de una elevada iconografía.

Con ésta escultura quería comenzar los post de nuestra nueva web, porque me parece que a parte de ser muy bella y realista nos refleja completamente lo que se buscaba en las obras de arte en la época del Barroco, como he explicado, con semejantes formas y creando el máximo movimiento. También quería subrayar el poder que tienen algunas historias escritas en el pasado a lo largo de los años, ya que aunque parecieran olvidadas alguien las saca a la luz para crear una obra de arte a partir de ellas, dotando al mundo de cosas tan hermosas como las que hemos visto.

Vía Telepolis, Wikipedia, Trageznies / de archivo
Imagen 1) Apolo y Dafne, 2) Bernini, 3) El éxtasis de Santa Teresa (Google)

7 comentarios:

Unknown dijo...

Sin duda alguna, Bernini es mi escultor favorito. Normalmente está un escalón por debajo de Miguel Ángel, genio y figura hasta la muerte, pero Bernini tiene algo, un estilo propio que me encandila. Aunque mi obra preferida del genial escultor italiano es "El éxtasis de Santa Teresa", Apolo y Dafne es otra maravilla. La esencia de la obra está en la captación de un segundo, un momento, algo muy presente en las esculturas y pinturas del barroco, la plasmación de un instante.

Se aprecia a la perfección, cuando Apolo toca a Dafne y ésta comienza a convertirse en Laurel. Sublime. Me ha gustado mucho Laura.

Anónimo dijo...

¿Qué se puede decir de esta historia?. ¿Qué sentimiento tan grande es el amor que te hace perseguir a tu ser amado hasta la locura?.
Laura me ha emocionado esta historia.

Estoy de acuerdo con Andrés, Bernini es uno de mis escultores favoritos, no el mejor porque para eso ya esta Miguel Ángel, pero está situado en segundo lugar.

Para mí, sus dos obras por excelencia son la Fuente de los Cuatro Ríos, situada en la Piazza Navona (Roma), en donde representa los cuatro grandes ríos de la Tierra (Nilo, Ganges, Danubio, Río de la Plata) y el Baldaquino de la Basílica de San Pedro (ciudad del Vaticano), en donde el bronce se convierte en suave hilo. ESPECTACULAR.

Reconocer que la sutiliza y encanto que representa el conjunto escultórico de Apolo y Dafne eleva a este autor a consagrarse como uno de los mejores de la historia. Los cuerpos de los dos protagonistas en completa armonía, estremece al propio miedo; los gestos, los rostros angelicales, la mirada de Apolo cuando roza suavemente el vientre de su amada, las hojas de laurel que brotan precipitadamente de las manos de Dafne, sus cuerpos casi perfectos... En fin, el arte más bello.

"La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte" (Leonardo Da Vinci

Miki Salazar dijo...

felicidades por el blog, está muy muy chulo. Os seguiré leyendo.

De arte... no se mucho porque yo el año pasado no daba y vosotros a mi lado sois expertos, así que de momento no opino. Pero me pondré al día!!!

Saludos!

Anónimo dijo...

Me parece un blog muy serio pero a la vez interesante, así que se suma al carro una lectora más, para poder aprender con vosotros un poquito más de arte, de historia y de todo lo que escribáis.

Gran historia la de Apolo y Dafne, espero que cada semana pueda leer algo así, porque estás cosas jamás dejarán de sorprenderme.

Felicidades Lauuu por tu primer post y a todo el grupo por el blog.

Un saludo

Irene Molina

Anónimo dijo...

Gracias por vuestros comentarios. Esperamos que os guste y que cumplan vuestras espectativas.

javiallulli dijo...

Me parece un tema genial para tratar en un blog, el arte es algo que siempre me ha gustado. Particularmente creo que las escultura de la que has hablado, el éxtasis, es una gran escultura barroca, pero nunca podré considerar ninguna escultura genial tras ver la obra de Miguel Ángel. Fue y sigue siendo el mejor escultor de la historia según mi modo de ver, y estaría bien que escribieseis algo acerca de él.
Un saludo! ;)

Encendiendo luces dijo...

Es curioso descubrir a través de un blog que tengo tantos gustos en común con mis compañeros..:)..el Lado Oscuro es grande chicos..
Me encanta el arte..sobre todo el barroco y como no Bernini y Miguel Ángel, seguiremos debatiendo señores..
Mil Besos!!y felicidades por el blog..es una obra de arte..muy acorde con el tema.

Silvia